Delante de mi, veo de espaldas a un chico en silla de ruedas que avanza por la calzada, de un modo casi suicida, con los coches esquivándole a sus paso. Caigo en la cuenta de que, sin duda, se ve obligado por la mala accesibilidad de la acera por la que yo transito, en el ultimo semáforo había subido un bordillo considerable; continuo caminando culpándome por permanecer impasible ante la situación en vez de ofrecerme a echarle una mano para subir a la acera.
Me atormentan las dudas mientras sigo en su misma dirección a unos 5 metros de él... Por mi condición de "devotee" la situación es para mi especialmente violenta, anteriormente había "provocado" encuentros con otros chicos en silla de ruedas culminados muy satisfactoriamente en camas de matrimonio, pero actualmente estaba en otra época de mi vida, menos promiscua por decirlo así...Claro que ya se sabe que para resistir la tentación, nada como no tenerla delante.
Finalmente se impone la razón sobre el miedo a la tentación, acelero un poco mi paso y me dirijo a él amortiguando con una cálida sonrisa femenina lo incomodo de la situación.
-Perdona si quizás te molesto, pero me preocupa que transites así por la carretera, ¿quieres que te ayude a subir a la acera?
Al volverse hacia mi me cuesta mantener la compostura ante esos ojos azules de mirada penetrante
-Tranquila tengo el coche a un par de manzanas, y ademas, conozco la zona, esta acera termina ahí adelante pero tambien en un bordillo.
Levanto la mano asintiendo y dando por zanjada la situación cuando añade:
- Y no, alguien como tu no molesta nunca, si supieras la cantidad de pesados que tengo que aguantar -sacude la cabeza en un gesto de desesperación que resulta cómico- que por lo menos te pare una chica guapa se agradece...
Me sonrojo y maldigo para mis adentros el haberme metido donde nadie me había llamado; quería esquivar la tentación pero ya tengo la sensación de haber mordido la manzana, mi pulso se acelera cada vez que impulsa su silla de ruedas por la acera, mientras camino a su lado mi mirada se desvía a sus piernas: ocultas bajo un pantalón que no dibuja su silueta y sus pies, perfectamente apoyados, uno al lado del otro... De repente me saca de mis calenturientos pensamientos
- Mira, ahi esta el rebaje. vas hacia alli?, dice señalando un paso de peatones
-Ehh, si- balbuceo como puedo
- Esperame al otro lado del paso de peatones
Le obedezco y una vez alli, le abservo acercase bordeando la acera por la que hace un momento yo transitaba, se mueve de una manera arrebatadoramente sexy... Cuando llega estoy tan caliente que no me puedo callar:
-Y que hace un chico tan atractivo como tú un viernes a la tarde por aqui?
- Perdona la descortesía de no contestar directamente a tu pregunta, pero no es algo que a uno le digan todos los días, digamos que no hay una cola kilométrica de mujeres dispuestas a venirse a la cama
-Yo me iría ahora mismo sin pensarlo
-Si, ¿no? -su cara irradiaba desconcierto
-Sí- dije mordiéndome el labio, estaba sacando ya artillería pesada
Se queda pensativo y de repente su expresión cambia.
-Vivo a 25 km de aqui, tengo el coche en la calle paralela a esta ...¿tienes planes para esta noche?
Ahora sí, había caído en el juego de la seducción
* * *
Durante el trayecto en coche , a pesar del potente objeto de deseo que representan sus piernas, que ahora yacen al azar frente a su asiento, mi atención se fija en sus manos, firmes al volante apretando el acelerador, esas manos curtidas producto de propulsar su cuerpo durante cientos o quizas miles de kilómetros. Comienzo a sentirme húmeda; necesito esas manos rodeando mi cintura, esos brazos de movimientos no del todo perfectos apretándome contra su cuerpo, ese cuerpo que yo deseaba cada vez mas y mas. Aprovecha la recta de una gran avenida para levantar del acelerador la mano derecha y acariciarme la cara interna del muslo, noto mi sexo palpitar, inevitablemente, con mirada fogosa, mi mirada se clava en el suyo, impertérrito. Necesito tocarlo... Me remuevo en el asiento. Me desconsuela cuando deja de tocarme, lo necesito paseando sus manos por cada zona de mi cuerpo...
De repente oigo los intermitentes, para el coche a mano derecha y apaga el motor. se gira hacia mi impulsando sus manos sobre el asiento mientras su flácido abdomen sube a su impulso y cae a plomo con la fuerza de la gravedad... Envuelta en la sensualidad de sus movimientos creo desesperarme al no entender el motivo de parar ahora, yo necesito tomar su cuerpo ya!
Buscando no perder el control de su tronco, apoya una mano en el freno de mano para, con la otra sujetarme firmemente la cara de forma que no pueda esquivar su penetrante mirada. La excitación de su contacto no me dejó opción que responderle con un húmedo beso en su dedo índice. Ya no soy yo, mi cuerpo arde tanto de deseo por el suyo, paralizado casi por completo, que no puedo prohibirle que exprese su pasión.
Apretando firmemente mi mandíbula con su mano se dirige a mi
-Quiero que tengas confianza conmigo esta noche. Tal vez para mí sea un acto especialmente íntimo, pero quiero que estes cómoda, que tengamos confianza, que te sientas libre de preguntar y sobre todo que te sientas libre de irte, si lo que hay o lo que ves no te satisface...
Tapo su boca con los dedos mientras emito un seseo prolongado y niego con la cabeza. Me acerco a sus labios para hablarle:
- Lo único que deseo ahora mismo es tu cuerpo tal cual. Quiero sexo apasionado. No miramientos. Y lo necesito ya.
Se vuelve a recolocar en su asiento mientras yo hago acopio de toda mi fuerza de voluntad para no tocar ese tronco flácido que solo se mueve por las leyes de la física.
Cuando se pone en marcha, su convencimiento en mis palabras se traducen en un aumento en el ritmo de su respiración y una mirada al frente ardiente...
La palabra "confianza" retumba en mi cabeza con su voz apenas unos minutos antes, sin preguntar, dirijo mi mano a su rodilla, sabiendo que me meto de lleno en la boca del lobo, temo su rechazo pero eso no ocurre: intenta en vano ahogar un gemido y su expresión es de deseo carnal...yo le correspondo no cesando en mis caricias, haciendo movimientos circulares con la palma de la mano extendida... Mi deseo me pide a gritos continuar subiendo por sus muslos, pero decido no privarle de la vista que tan loco lo vuelve...
Verle coger el mando del garaje me advierte que estamos llegando ya.
En cuanto apaga el motor, loco de deseo se vuelve a impulsar para dirigirse a mi y con su mano izquierda me agarra la cabeza con tanta intensidad que noto sus uñas clavarse en mi cuero cabelludo.
-No quiero perder ni un minuto más, necesito que seas mía.
Bajo de un salto y le acerco su silla de ruedas, permanezco tras ella deleitándome mirando sus movimientos.
Saca primero su pierna izquierda, despues coge la derecha, la apoya, pero esta se desliza...la recupera, está nervioso y muy excitado.se impulsa para subir a su silla, el el segundo que pasa en el aire mi mano se dirige a su trasero, de musculatura inexistente. Queda bajo el cuando se sienta pero el no lo sabe, no siente nada, agacho mi cabeza a su oreja y le susurro:
-te estoy tocando el culo
Emitio un gemido y se apresuro a dirigirse hacia el ascensor. Empuño los mangos de su silla y le voy empujando mientras le lleno el cuello de húmedos besos, se retuerce con cada uno y me pide mas y mas en el ascensor.
En cuanto cierro la puerta de casa no me contengo y, sin atravesar la entrada me pongo frente a el y me siento a horcajadas sobre sus piernas...el contacto con ellas no hace sino que me vueva mas loca de deseo y nos besamos apasionadamente. Me separo para quitarme la parte de arriba y la lanzo sin importarme donde.
Cuando voy a echar los brazos hacia el centro de mi espalda para quitarme el sujetador me interrumpe:
-Deja que sea yo quien lo haga. Despues tu tambien me desnudaras a mi
-oh!.. estoy deseando hacerlo, deseando deslizar tus pantalones por tus piernas-dije acariciando sus rodillas-ver tus pies desnudos...te deseo!
Siento el alivio de presión en mi espalda que indica que mi amante ha desarrollado con éxito su labor, desliza sus tiras por mi piel y me libera de el. Con mi mano le ofrezco mi pecho izquierdo a su jadeante boca. Enloquecido, lo recibe al momento con una succión aprisionadora que me hace perder el control, siento sus dientes en mi pezón, duro como una piedra, no para de succionar mientras mantiene la mano en mi trasero, disfrutando como un loco de su generosa y redonda curvatura,presa del placer hago movimientos de cópula sobre su silla de ruedas mientras su succión es cada vez más intensa y me lleva al primer orgasmo de la noche, entre gemidos y convulsiones mi cabeza se desvanece sobre su hombro derecho, me recibe con un pasional abrazo y besa mi pelo.
continuará...