domingo, 24 de agosto de 2014

Antigua compañera



Cuando Gerardo me comunicó que Adriana se había quedado parapléjica se me heló la sangre.
Sólo unos meses antes habiamos estado charlando durante una barbacoa en su casa- de mis peculiares tendencias sexuales. Adriana hacia bromas con como, tiempo atrás, yo había aprovechado el trabajo para dar rienda suelta a mis pasiones... Como en cualquier otro trabajo venía gente (física, que no socialmente de todas condiciones)
Cuando trabajas junto a otra persona durante mucho tiempo, confías en ella esas cosas, y mas, cuando vuestra profesion es esa a la que apodan la mas antigua de todas.
Nadia era una autentica belleza brasileña, que con una mirada y cuatro pesatañeos encandilaba al hombre que quisiera; de hecho nunca le faltaron pretendientes, dispuestos a sacarla de su mundo para encerrarla en un feliz matrimonio. Si alguna vez sintio lo que hay que sentir para aceptar la proposición no lo se, pero desde luego, ninguno, hasta que llego Gerardo podía permitirse ofrecerle el nivel de vida que le proporcionaban los altísimos honorarios cobrados a nuestros clientes. Colgó sus ligueros para trasladarse a la casa de Gerardo, en la zona más exclusiva de la ciudad, rodeada de lujos, había encontrado el amor y la seguridad económica que necesitaba para ser feliz. Pero ahora, ella había quedado paraplejica a causa de un golpe con un bate de béisbol cuando entraron a robar a su casa.

Desde que había vuelto del hospital, iba a visitarla un par de veces por semana. Cada vez la veía un poco mejor. Pero aquel día me llamó Gerardo:

  • Verónica, no sé como hablarte de esto pero necesitamos de tu ayuda. Hasta ahora hemos tenido que recuperar la rutina en casi todos los aspectos, y la verdad es que Adriana está cada vez mejor, y yo más enamorado que nunca pero... verás...¿recuerdas en la barbacoa, cuando me dijiste que en cualquier situación de discapacidad se puede obtener placer sexual?. Nadia siempre ha sido insaciable en la cama, es una mujer muy fogosa, y eso no ha cambiado pero la verdad no tenemos ni idea de como abordar esto . Y he pensado, que, quizas tu...
  • No habeis vuelto a tener relaciones?
  • No, la verdad es que no he sido...no hemos sido capaces de...
  • ¿Lo has hablado con ella?
  • Ella... me ha dicho textualmente que quiere follar contigo, que sabe que contigo podrá hacerlo
  • Estare alli a las 5

En muchas ocasiones, por deseo expreso de nuestros acaudalados clientes,Adriana y yo habíamos compartido habitación. Por exigencias del guion era habitual para mi tocar sus rizos rubios, deleitarme entre las curvas de su perfecto cuerpo, ese culo redondo, sus caderas y su cintura de avispa. Sus pezones triplicaban su tamaño cuando yo se los chupaba...

Había perdido la cuenta de los orgasmos que me había proporcionado el roce salvaje de nuestros clítoris... mientras nos mirábamos fijamente, sin ocultar el placer que nos proporcionaba... Nunca me había puesto tan cachonda otra mujer, y con ella tenía la suerte de poder saciar mi deseo con frecuencia. Desde que se casó con Gerardo todo aquello acabó, pero yo me sorprendía habitualmente masturbándome pensando en su mirada felina.

Guau, de repente me encontraba excitadísima, pues contaba con el deseo expreso de Nadia para estarlo. Fantasear con ella en su situacion era un veto que me había auto-impuesto por respeto a mi compañera, pero ahora era un hecho que ella tambien lo deseaba. Me conocía; sabía que su incapacidad para levantarse de su silla iba a ser mi fetiche. Empecé a recordarla en mis visitas a su casa, con su escultural cuerpo sentado en la silla de ruedas, había logrado mucha destreza manejándose por la casa. Estaba deseando poder recordar viejos tiempos.


Toque el timbre y me abrió la puerta Gerardo. Me condujo a la habitación, y entró sonriente:

-Cariño, mira quien ha venido a verte. Os dejo solas-dijo guiñando un ojo tras lo cual cerro la puerta

Adriana estaba deslumbrante, con un vestido negro que, pude reconocer, pertenecía a su pasado, a nuestro pasado como cotizados objetos sexuales. Tenía sus manos en la parte mas distante de los aros de su silla, con lo que inclinaba hacia delante su generoso escote. Mi mirada se detuvo en esos pechos, de proporciones justas pero firmes. A juzgar por su mirada candente estaba deseante de sexo, de disfrutar con ese cuerpo de diosa que la naturaleza le había dado.

-No sabes cuanto me alegra que me hayas llamado...

Dije, sin avanzar, necesitaba ver como impulsaba los aros de su silla para desplazarse. Ella intuyó mis deseos y empezó a moverse por la amplia habitación. Estaba provocadora. La parte superior de su cuerpo se movia con una energia vibrante en cada impulso, lo que contrastaba con sus mermadas piernas, inmoviles ante ella. Me moría de ganas de levantar ese vestido y ver como estaban sus muslos... se desplazaba lentamente con una seguridad grandiosa. Se sentia deseada. Me estaba provocando.se giro y comenzo a avanzar en direccion opuesta a mi, ofrenciendome una magnifica vista de su larga melena rubia y de su cintura, apoyada en el respaldo

-Estas impresionante Adriana
Giro la cabeza y me miro fijamente
-Pues fóllame

Senti una punzada de placer entre mis piernas que se extendio a todo el cuerpo rapidamente
Entonces sí, me acerque a ella y me arrodille a sus pies.
-Te voy a hacer sentir un montón de cosas esta tarde, pero será mejor que te tumbes en cama.

-Desde mi ombligo no siento nada en mi cuerpo lo cual:1 te las vas a tener que ingeniar para hacerme sentir un montón de cosas  y 2 es imposible que me hagas daño

Tome suavemente una de sus piernas y la apoye en mi hombro. Ella, insegura se sujeto fuerte a las ruedas de su silla
-Tranquila, no te vas a caer, solo relájate y disfruta
Le despoje del zapato de tacon que llevaba puesto y quedo a la vista su pie, con una perfecta pedicura. Lo comence a besar dejándome llevar por el momento, dejándome llevar por la pasión que me provocaba la belleza de ese miembro. Una y otra vez me iba metiendo sus fragiles deditos en la boca. Lo que oi me devolvio a la realidad. Estaba gimiendo. Hice lo propio con el pie que esperaba eln el reposapies. Nadia se tambaleo buscando un nuevo punto de equilibrio. Cuando me asegure de que ella estaba bien, comencé a chupar todos sus deditos de nuevo. Nadia me miraba; agarre su dedo gordo con los dedos pulgar e indice de mi mano y despues, chupe su dedo gordo a modo de felación. Se mordía el labio. Sujetando los dos pies por sus tobillos los lleve a mis pechos. Me estremeció notar el frió de sus pies, en mis pechos, mientras se los movia para que me proporcionaran un erotico masaje. Los deje en el reposapies suavemente y me levante para sentarme sobre sus piernas dormidas, me costaba mucho dejar reposar mi peso aunque sabia que no podia sentir la presion que yo ejercia. Me disponia a besarle pero ella tomo el control, me cogio hacia si y beso sensualmente mi labio inferior una vez, otra, yo tenia que tragar saliva de la tension sexual del momento... recorrio mi boca apasionandamente mientras yo resistia la tentacion de tocar bajo su vestido, pero realmente , no podia pensar en otra cosa.
-Vamos a la cama- le suplique poniendome en pie

En un coordinadisimo ejercicio de seducción me clavo su mirada ansiosa de sexo en el instante en que sonaba el ruido sordo que indicaba que sus ruedas habían sido desbloqueadas para que ella se dirigiera a la cama, aproveche tenerla avanzando de espaldas para quitarme mi vestido y, mientras ella paraba su silla a la altura de la cama, comencé a tocarme, me toque mientras cogía sus piernas invalidas, las ponía en la cama y se subía, mirándome provocadora, a la cama .
-Veronica, puedes levantarme el vestido, por favor.

No deje de tocarme mientras me decia esa frase. Ella no tenia ningun impedimento en hacerlo ella misma y el hecho de que me lo pidiera denotaba su deseo a toda costa de calentarme hasta hacerme estallar. Me miro mientras se lo levantaba. Descubrí sus partes, tapadas por un pañal para incontinencia... hacia destacar sus ahora frágiles muslos, estaba tan sexy
-Yo-comenzo a decir y por primera vez note inseguridad en su voz- queria saber si... me quieres chupar el coño
Como una exalacion tire con fuerza del velcro de sus pañales para dejar al aire su precioso pubis, coronado por el tatuaje de una rosa, a modo de marcas de guerra. Echo su cabeza hacia atras del placer que le supuso verme no dispuesta sino loca por comerme sus partes mas intimas. El ligero sabor a orina me resulto delicioso, y, Nadia estaba exaltada, a mi no me sorprendió pues ya habia conocido que la sensibilidad no ponia limites a la pasion, deslice mi lengua separando sus labios mayores, explore la boca de su vagina, tan prieta...ohhh....
-
Meteme los dedos
Entonces me incorpore poniendo mi pecho sobre el de ella
-Tienes un marido ahi fuera que tiene algo mucho mas delicioso para meterte que unos dedos, y a ti, te gusta que te den bien duro, nena.Vamos a follar como 2 putas. Entendido?


Recibi a Gerardo con aire teatral, a fin de no romper la magia ni el ambiente. Con las manos en mis caderas cambie mi peso de un pie a otro, y le invite con mi dedo indice a entrar.

-Tu mujer esta deseando que la folles

gerardo se quedo estupefacto al ver a Adriana, esa belleza rubia con sus carnosos labios rojos y esa mirada deseosa, con su sexo expuesto, sus piernas abiertas, tubada jadeante.

-oh!!!! mi amor....
-Follame-dijo sin piedad
Le hice un gesto a gerardo para que le moviera en la cama de forma que quedara tumbada en horizontal. Le quite el vestido por la cabeza y me tumbe a su lado El desde el suelo se bajo el pantalon y le empezo a penetrar, su pene estaba completamente erecto. Adriana se retorcia de placer mientras Gerardo bombeaba constantemente.
Yo me tumbe junto a ella, y comence a besar sus pechos, su placer hizo que arañara mi espalda con sus largas uñas, mientras gemia y gritaba sin control.
-ohhhhhhhhhhhhhhhggggggrrrrrr!!!!! Gerardo se corrio en un orgasmo prolongado mientras nadia emitia sonidos guturales producto de verse follada por Gerardo de esa manera, mientras yo habia puesto sus pechos duros, estaba sumida en una profunda excitacion.
-Veronica, quiero que pongas tu coño en mi boca. Quiero comertelo.
Estaba tan excitada, que el deleite de la lengua de Adriana explorando mi sexo, con su experta boca suavemente, no duro mas que un par de minutos. En seguida ella noto que se avecinaba mi orgasmo y succiono de forma que mi cuerpo se retorcio en una dos y hasta tres oleadas de placer que me dejaron derrotada. Entonces fui consciente de que gerardo habia comenzado a hacer lo propio con nadia, mientras ella me llevaba al orgasmo de aquella forma tan maestra, tan experta. Entonces, aproveche mi necesidad de lavarme en el baño para darles la intimidad de acabar aquella tarde de sexo intenso juntos. Cerre la puerta y comence a lavarme, recapitulando los momentos previos, lo que habia disfrutado , lo que habia disfrutado Adriana, la satisfaccion de Gerardo...cuando los gritos que provenian de la habitacion me hicieron saber que nadia tambien habia alcanzado su orgasmo

lunes, 18 de agosto de 2014

Mi primer día en el gimnasio

Ese día empezaba en el gimnasio. La ultima vez que me había apuntado todavía iba al instituto, recuerdo que nos apuntamos varias amigas y fuimos durante unos 6 meses. A mi me encantaba hacerme notar entre el público masculino, ver su mirada de deseo ante mis senos moviéndose de arriba abajo mientras yo pedaleaba en la bicicleta elíptica, para despues pasar delante de ellos contorneando mis caderas sin piedad... Claro que de eso hacía 5 años ya, cuando todavía no necesitaba para desplazarme una silla de ruedas, cuando todavía sentía mis piernas...
A pesar de todo, empecé a prepararme, quizás algo en exceso para ir al gimnasio, pero daba igual, necesitaba sentirme como la chica joven y guapa que soy. Me decidí por un top que realzara mis pechos tersos y desafiantes de la ley de la gravedad y unas mallas que recientemente había comprado que se ajustaban perfectamente a mis recien adquiridas piernas inertes, cada vez mas delgadas. Con mis manos, gire mi silla frente al espejo, de nuevo me encontraba sexy.

Cuando entre en la recepción del gimnasio, el mostrador me llegaba a la altura de la frente, había un alboroto increíble y no conseguía hacerme oir. Me estaba poniendo furiosa. Despues de esperar 5 minutos sin que nadie me atendiera decidí impulsarme con mis manos en las ruedas de forma que mis glúteos se levantaron del asiento y pude elevarme unos centímetros. Grite:

-Perdón, ¿alguien seria tan amable de atenderme?

Una chica se giro y casi palideció al instante dándose cuenta de lo ocurrido, se estaba deshaciendo en disculpas cuando oi por detras
-Tu debes ser Sara
di la espalda a la mujer para atender la voz de hombre que me hablaba

-Yo soy Raul, me han comentado que empezabas hoy y quería ayudarte a hacer una tabla de ejercicios.
-Claro
El chico me atrajo desde el primer momento, era un moreno de tez clara y ojos azules y altísimo
-¿quieres que te ayude ?
-no, yo te sigo
Nunca me ha gustado que nadie empuje mi silla de ruedas, prefiero hacerlo yo misma impulsandome con mis brazos, al fin y al cabo, es mi forma de moverme.
Le seguí a duras penas hasta la otra punta del gimnasio, pero, por alguna razon, no queria mostrarme fatigada delante de el.
-Si te parece vamos planeando que tipo de ejercicios vas a hacer. Cuéntame un poco cuales son tus limitaciones
-Bueno, no me puedo sostener en pie... en realidad con mis piernas no puedo hacer absolutamente nada, asi que nos limitaremos a brazos, pectorales..
-Entiendo

Me indico empezar en la maquina de pectorales, me ofreció ayuda a lo que me negué. Acerque mi silla de ruedas. Cogí mi pierna derecha y la pose el el suelo, luego la otra, me impulse al borde del asiento y, en otro impulso me senté en la maquina. en cuanto levante la cabeza sorprendí a Raul mirándome hipnotizado con una mirada de ¿deseo? Levanto su dedo pulgar a modo de interrogación a lo cual asentí.Me prohibí a mi misma hacerme ilusiones y empece a hacer mis ejercicios. Cuando había acabado la tabla, volver a sentarme en mi silla de ruedas no fue una tarea tan sencilla como había parecido, enseguida Raul se dio cuenta y vino ofreciéndome ayuda. Su mirada era de una total devoción. Me sentía una diosa bajo esa mirada.
-Dime como te puedo ayudar
Le miré fijamente hablándole suave y despacio...
-Tú solo coge mis piernas e impulsalas hacia arriba a la vez que me impulso yo, ¿de acuerdo?
Mientras contaba hasta tres para darle la señal, me fije en que sus manos, que ahora agarraban mis piernas, temblaban, y a mi me hubiese encantado poder sentir las manos de aquel hombre en ellas...
-...y tres!
Ya estaba otra vez en mi silla.
Pero de repente la situación dio un vuelco inesperado
-Yo me voy ya, es el cambio de turno con mi compañera
A pesar de todos mis esfuerzos mi cara no pudo contener una mueca de decepción. el dudo y dijo
- te veo otro dia por aquí, a no ser que quieras acompañarme
Me sentía tan deseada que no lo dude ni un momento. Mi mirada ahora lo desafiaba.
-¿Adonde quieres que te acompañe?
- A mi casa...si quieres
Su pantalón ya delataba una erección, aunque el se esforzaba por disimularla...
-A la mía mejor, estaré más cómoda.
-Claro, por supuesto, como gustes.
Subimos a mi coche, su cara era el vivo retrato del deseo...
-Me vuelves loco-dijo con voz entrecortada
Yo conduje con el corazón a mil y mi sexo empapado.
Al llegar a mi garaje me pidió:
-¿Me dejas sacarte del coche?
Lejos de molestarme o negarme me volvió loca la posibilidad de sentirme en sus brazos a su merced... Me coloco en la silla y cuando subimos en el ascensor la tomo por los mangos, de repente me encantaba...me sentía una reina...Abrí la puerta
-al fondo a la izquierda, dije, sin poder evitar guiñarle un ojo
Al llegar a la habitación se palpaba tal complicidad  que el no dudo y me cogio en brazos, pero en vez de tenderme en la cama se dirigió a la pared frontal, me apoyó en ella, colocó mis piernas una a cada lado de su cuerpo y comenzo a devorarme a besos.No pude reprimir un grito de placer... Me tumbó en cama y me quito el pantalón y mi ropa interior. en seguida comenzó a besarme el pubis, siguio bajando... yo no sentía nada, me incorporé; estaba besándome los muslos con una dulzura que yo no pude parar de gemir. Se quitó  su ropa y se puso un preservativo.  Me volvió a tomar en brazos, me aprisionó de nuevo contra la pared...y, tras unos breves intentos su pene penetró en mi sexo, comencé a mover mi tronco al mismo tiempo que el embestía contra la pared mientras mis piernas colgaban tambaleándose al ritmo de nuestros salvajes movimientos. Su cara estaba desencajada por el placer y despues de unos instantes eyaculó mientras me tendía sobre la cama. Nos quedamos tumbados un largo rato uno al lado del otro sin hablar, no eran necesarias las palabras . Despues, la tarde dio para mucho más... pero en definitiva ese fue el día en el que reedescubrí mi sexualidad